Estambul, Turquia. |
Todos sabemos que es un virus, una pandemia, y especialmente Coronavirus y con su número “Covid 19” (como un estudiante, ven aquí Covid 19, limpia la pizarra.).
El virus y la pandemia vienen juntos
como una pareja que cambia la vida cotidiana en el mundo, el cual que sigue
rotando sobre su eje. En estos días creo que el mundo está andando más despacio
que antes. Nos quedamos en silencio para engañar el virus, sin embargo no hay
nadie que pueda evitar estar afectado o enfermo. Somos nosotros, el homo
sapiens, las criaturas modernas, creativas, talentosas y listas, los que hemos
empezado a pensar en el mal que hemos desencadenado con todas las actividades
que hicimos, afectando al planeta y su naturaleza.
El humano tiene muchos sentimientos como resultado
de la pandemia. Algunos de ellos son muy comunes, como los trabajadores que tienen
temor, pensando si ellos van a perder su trabajo o tendrán un salario
inadecuado. Por otro lado, los
desempleados van a tener menos esperanza para encontrar un trabajo. La vida
siempre pareciera tener sus contrastes con sus lados blanco y negro. Los
especialistas dicen que muchas parejas se
van a divorciar y las parejas que aún tienen entusiasmo, hacen planes para
casarse, como va a suceder? Los deudores piensan como pagaran sus créditos o
gastos, sin embargo quienes tienen bastante dinero, siguen pensando en que
industria o cómo van a invertir su dinero. ¿Qué más? ¿Cuáles son las
preocupaciones o sentimientos de los vecinos, soldados, los niños, los viejos, los
inmigrantes, los estudiantes...? Ahora miramos un inmenso cielo gris o estamos
una situación desconocida donde el virus puede traernos solo más desolación? Tal
vez estamos sin esperanza o al contario con mucha esperanza…pero, ¿Qué es
esperanza? y ¿Por qué necesitamos la esperanza? o ¿Para qué?; Hay tantas y tantas
preguntas en las mentes. Sí, estamos un poquito nerviosos con la situación
general del mundo. Sin embargo, no todos somos tan pesimistas; siempre habrá
una solución o una salida. Como dicen, “No hay problema en que la montaña sea
tan alta, siempre habrá una carretera o un camino para escalarla”.
Como personas tranquilas, obedecemos las reglas de quedarnos en casa. Escuchamos las sugerencias de las especialistas,
hacemos cosas positivas. Verbos que necesitamos para expresar nuestras rutinas:
Ver, leer, hacer, cocinar, poner y palabras comunes; Libros, películas,
ejercicios, comidas, reuniones virtuales, etc... ¿Quién no sabe preparar una
pizza en su casa ahora? ¿Y ya estamos saludables?
En muchos países hay leyes, algunas personas
que no se pueden jubilar antes de 60 o 65 años. Ahora parece que el 80% de los
trabajadores son jubilados y en todo el mundo tienen un salario poco, deben
vivir en su casa, no pueden salir de su pueblo. Parece que vivir la vida afuera en el mundo actual o con la energía
mínima solo nos deja el observar las calles solas con nuestros ojos vacíos o nuestras
mentes “pesadas”.
La pandemia demostró que las estrellas de la música,
el futbol, el cine, los políticos, en otras palabras de los héroes antes del
coronavirus, tenían un poder e impacto irreal y que ya no tienen misma la importancia
que tenían antes sobre la gente. Los líderes que gobiernan los estados, ¿Qué
van a hacer sin gente para gobernar? Además, las invenciones populares de la
vida moderna no sirven, Qué hay de los aviones, los centros comerciales, los
hoteles de lujo, etc. Esto significa que el poder ha cambiado por ahora con el efecto
de la pandemia.
Parece que el humano sufrió con la pandemia y
¿qué pasa con los animales? ¡Ellos disfrutan un poco el mundo y su naturaleza!,
aquella que el humano conquistó y violó. Hay muchos videos que muestran los
delfines nadando en el Bósforo de Estambul, los pájaros de Wuhan cantando, las
familias de cerdos caminan por las calles de pueblos turísticos como Bodrum, en
Turquía.
Interesante, de este lado del mundo, México, sucede lo mismo. El virus sacó a la luz muchas problemáticas socio-económicas que hay que resolver, pero también evidenció problemáticas culturales que como sociedad debemos resolver urgentemente desde casa, día a día, porque ningún político o ley puede resolver por nosotros como por decreto.
ResponderEliminarLa pandemia nos ha forzado a convivir con nosotros mismos y a conocernos a nosotros mismos en nuestros hábitos o la falta de éstos, algunos en soledad, otros en familia.
Por cierto, me parece que tu español se entiende mucho mejor cuando expresas tus opiniones sobre lo que vives, como en esta entrada.